lunes, 31 de diciembre de 2007

Mariano Alameda

Un pequeño juego sin consecuencias

ENTREVISTA: MARIANO ALAMEDA
Por Alejandro Cabranes Rubio

Un pequeño juego sin consecuencias es una comedia de Jean Dell y Gérald Sibleryas, recompensada con cinco premios Moliére, puesta en escena por José Luis Alonso de Santos. Protagonizada por Mariano Alameda Alexandra Jiménez, Luis Rallo, Natalia Barceló y Eduardo Antuña; Un pequeño juego… nos describe la historia de una pareja joven (Bruno y Clara) que simulan haber roto para poder reflexionar sobre la rutina que se había adueñado de su relación. Mariano Alameda nos habla de esta comedia de enredo y del inicio del proyecto.

Mariano Alameda: La información me llega a través de mi representante que me consulta si me interesa el proyecto. Lo leo y en la página siete le contesto diciendo que sí. Las referencias eran espectaculares en Francia, y me gustaba el director y el proyecto de producción.

¿Cómo definiría a Bruno, su personaje?

M.A.: Es un apático comodón que no se da cuenta de que su chica está harta de la felicidad rutinaria que él la proporciona. Por otra parte, es un neurótico preocupado de su propia imagen y que no entiende las reacciones de los demás. Un tipo simple y sencillo al que no le gustan las variaciones emocionales de la gente porque no soporta las propias.

Bruno comparte con muchos de sus personajes anteriores el hecho de que se ve obligado a enfrentarse a la verdad. Dorian Gray perecía en el intento de eliminarla. El Doctor Cukrowicz de De repente el último verano renuncia a una ingente cantidad de dinero por defenderla. Pedro, el papel que interpretabas en La noche de los girasoles, lograba escapar de ella a través de la corrupción en su alma. El Noberto de La malquerida era víctima de una mentira. Incluso el Diego de Aquí no hay quien viva terminaba aceptando su homosexualidad. ¿Es consciente de esta particularidad o es totalmente involuntario?

M.A.: Los personajes que llegan a mi vienen siempre como un proceso de enseñanza para que el actor que los interpreta integre su sombra y su luz en una identidad común. El trabajo del actor es terapéutico en si mismo porque amplia los conceptos del ego auto referencial del actor. En mi caso el camino de los personajes viene a integrar aspectos de uno mismo. El arte dramático es una psicomagia conductista para el intérprete. Todos los personajes son mis hijos y mis padres. Después de tantos años en el camino de la sabiduría perenne y trabajando como actor me he cerciorado de que la verdad sólo es lo que es útil.

Una de las particularidades de la obra consiste en que el acceso al conocimiento de la verdad se consigue a través de la creación de un juego y de la mentira…

M.A.: El proceso que siguen los personajes viene dado más por la sabiduría de su propio inconsciente que por sus decisiones conscientes. El juego en la función es el sistema que los personajes utilizan para darse cuenta de su insatisfacción y de la necesidad de una mejora ostensible de sus vidas. Al final, las aguas vuelven a su cauce. El actor y el director buscan la sanación amorosa de los personajes a través de la crisis. Ya sabes que “crisis” y “oportunidad” en chino es la misma palabra.


La noche de los girasoles
Una de las particularidades de la obra consiste en que el acceso al conocimiento de la verdad se consigue a través de la creación de un juego y de la mentira…

M.A.: El proceso que siguen los personajes viene dado más por la sabiduría de su propio inconsciente que por sus decisiones conscientes. El juego en la función es el sistema que los personajes utilizan para darse cuenta de su insatisfacción y de la necesidad de una mejora ostensible de sus vidas. Al final, las aguas vuelven a su cauce. El actor y el director buscan la sanación amorosa de los personajes a través de la crisis. Ya sabes que “crisis” y “oportunidad” en chino es la misma palabra.

Los personajes en la obra parecen querer escaparse del espacio escénico, éste se empequeñece a lo largo de la función y los oprime en una espiral de conformidad y aburrimiento; y metafóricamente Bruno casi se ahoga en un estanque. ¿Tan horrible es su realidad?, ¿a qué achaca la carencia de iniciativa y el avance del conservadurismo tanto en la obra como en la vida real?

M.A.: A la individualidad enfermiza e ilusoria que nos condiciona el sistema. La búsqueda del éxito está basada en aspectos que jamás te lo pueden dar porque son deseos insatisfactorios en si mismos. Las personas se ahogan en su propio ego intentando satisfacerlo cuando sólo su propia superación trae la tranquilidad. La verdadera revolución es conocer quién es uno mismo.

Los personajes toman conciencia de haberse convertido en los protagonistas de anuncios familiares de galletas justo en el momento en el que las relaciones internacionales han experimentando una profunda convulsión a raíz del 11S y la Guerra de Irak, despertando bastantes conciencias dormidas. ¿Hasta qué punto Un pequeño juego sin consecuencias puede interpretarse como un reflejo de la sociedad actual y como una involuntaria metáfora sobre el mundo de hoy?

M.A.: Depende de la sagacidad del espectador. Sólo la interpretación del observador es la que da sentido a la obra. Las obras maestras del arte funcionan en varios niveles de conciencia. Esta obra es un entretenimiento para todos y depende del observador su interpretación más profunda. Me parece curioso lo que dices.

Precisamente todas estas miserias morales encuentran en lacomedia un marco escénico y en un momento en el cual se apuesta por el drama como vehículo de expresión natural de los “temas serios”. ¿Por qué esnecesaria la comedia?

M.A.: Porque el saber y la risa se confunden.

¿Cómo ha vivido su regreso al género después de protagonizar una obra de Tenneessee Williams y un drama desalentador como La noche de los girasoles?

M.A.: Como el péndulo que después de llegar totalmente a la derecha empieza a ir totalmente a la izquierda.

Su penúltimo trabajo visto, La noche de los girasoles, se ha convertido en uno de los booms más señalados del cine español. ¿Qué tiene que aportar el cine de género a nuestro país?

M.A.: No creo que La noche de los girasoles sea una película de género. Creo que es un film que mezcla varios géneros y por eso es una ventana fresca en el panorama actual. Es una película joven muy vieja.

El cine se ha resentido mucho de las descargas por internet y la piratería mientras el teatro sigue gozando de su misma mala salud de hierro por la necesidad de acudir físicamente al escenario. Habida cuenta de que has participado en un Estudio 1 me interesaría saber tu opinión sobre la conveniencia o no de filmar representaciones, una práctica que nada tiene que ver con el cine-teatro.

M.A.: El teatro grabado y emitido por televisión se queda en tierra de nadie. El teatro es eterno porque nace con el hombre. Porque es una vivencia artística real, en el presente continuo, efímero como la existencia y mediadores tecnológicos. Lo antiguo lo es porque lleva eras perdurando.

Teniendo en el escaparate social el caso Albéniz, ¿qué diría a los representantes políticos sobre la necesidad de teatro?, ¿qué medidas cree que se deberían adoptar para promocionarle?

M.A.: Prefiero que opine alguien que conozca mejor el tema. Yo ensayo y actúo: no conozco el mundo de las ayudas políticas ni los temas empresariales teatrales. Espero que no lo cierren y que siga siendo un sitio mágico de elevación artística.

El retrato de Dorian Gray
Ha compaginado tu carrera como actor con otras actividades tipo empresariales. ¿Qué tiene que ofrecer el Centro Nagual que has inaugurado?

M.A.: Ayuda a la gente con inquietudes existenciales a conocerse a sí mismo y descubrir el misterio de lo no conocido. También a señalar el camino de la autocuración a la gente azuzada por el sufrimiento mental. Hay cuatro vertientes: el yoga ancestral, la psiconergética, la interpretación del “yo” y la reeducación postural física. La información está en www.centronagual.es

Por último, ¿qué proyectos tiene a la vista?

M.A.: No tengo ningún proyecto más que el disfrutar de la divertida comedia en la que tengo la suerte de trabajar.

Meses después al inicio de esta conversación, que por motivos de agenda del actor tuvo que realizarse mediante correo electrónico, salió a la luz la noticia de que Ang Lee (Brokeback Mountain) se responsabilizaría de la adaptación cinematográfica que el intérprete defendía en el Real Cinema. Su elección para el proyecto se inscribe con facilidad en la trayectoria de un director que siempre ha cuestionado la noción de conformidad en la sociedad actual, y sobre las insatisfacciones emocionales de sus miembros. En ese sentido, Un pequeño juego sin consecuencias a pesar de su apariencia de vodevil encubre una diatriba contra precisamente ese conservadurismo, y que quizás de manera involuntaria se simbolice en la clase de género teatral escogido. La comedia de la vida sigue ofreciendo su oscuro reverso…

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