martes, 22 de enero de 2008

Juan Guzmán Tapia nos habló del proceso de encarcelamiento de Pinochet

Juan Guzmán Tapia dio una conferencia sobre la historia de Chile en la Casa de América el lunes 21 de enero de 2008. En el anfiteatro del local, en el que se encontraba presente el Juez Baltasar Garzón, el responsable del procesamiento de Pinochet nos deleitó compartiendo sus recuerdos. Lo hizo subrayando cómo la presencia de guerrilleros en Cuba fue una mentira creada con el fin de justificar un golpe militar; una más entre las que merece destacarse la “Operación Zeta”, supuesta lista negra en la que le habían incluido con el propósito de liquidarle en los últimos días del gobierno de Allende. Nos estremeció evocando el itinerario de la Caravana de la Muerte, patrocinada por la administración Nixon, así como el rastro de la sangre que encharcó al país hasta 1978, año en el cual expiró la Amnistía para asesinar y torturar. La operación de recogida de televisores (de cadáveres) no sirvió al Dictador Pinochet para quedarse sin castigo: su intento de encumbramiento por el contrario reactivó más la conciencia histórica, tal y como se puede apreciar del testimonio de Guzmán Tapia. El magistrado no dudó en descalificar a los jueces que mandaban archivar los habeas corpus en los que se denunciaba las actividades de los traidores; y a los que plantó cara empleando un subterfugio legal admirable: la acusación de secuestro rebasaba los límites establecidos por la amnistía y en consecuencia se podía investigar, a pesar de las obstrucciones de las cámaras de representación parlamentaria; las mismas que en la actualidad se niegan a modificar la constitución vigente.

Crítico con la política económica de su país (a su modo de ver tan destructora como la del gobierno golpista), con el cambio de postura en el seno de la iglesia chilena (de la misma manera que alaba la labor del Cardenal que impidió el incremento de número de muertos a cifras aún más escalofriantes, deplora la actitud del principal miembro de la jerarquía eclesiástica actual) y con la aplicación inadecuadas de leyes (como la del terrorismo que afecta de manera injustificada a la comunidad Mapuche, y que se han declarado en huelga de hambre para hacer valer sus derechos), Guzmán Tapia aboga en la actualidad por desenterrar esa memoria histórica, aún sabiendo que muchos cuadros medios del aparato gubernalmente –como ocurrió también en España a término del franquismo- no sólo gozan de impunidad sino que todavía marcan la agenda política, dejando una herencia moral que sólo la reivindicación de la memoria histórica puede ayudar a superar. Alejandro Cabranes Rubio

1 comentario:

Ojancanu dijo...

Si el Océano Pacífico y los Andes hablasen, muchos no podrían dormir tras escuchar sus relatos sobre lo ocurrido en la historia reciente de Chile.