sábado, 19 de enero de 2008

Premios de la Unión de Actores: candidatos y olvidados


CANDIDATURAS DE LA UNIÓN DE ACTORES: EL RECUERDO DE LOS OLVIDADOS
Por Alejandro Cabranes Rubio

Hoy la Unión de Actores han sacado sus candidaturas. En el apartado televisivo tres series se han llevado el gato al agua. Herederos ha traido la suerte para Concha Velasco, Félix Gómez, Ginés García Millán, Iker Lastra y Petra Martínez (dejándose atrás a Álvaro de Luna y Helio Pedregal). Por Desaparecida como era de esperar y por justicia han recompensado a Miguel Ángel Solá (a quien de paso se está dando la bienvenida por volver al trabajo), Carlos Hipólito, Luisa Martín, Luisa Martínez Pazos y Jacobo Dicenta, ausente el año pasado por El mágico prodigioso. Amar en tiempos revueltos, la serie actual por la que han pasado posiblemente más actores los últimos años, ha estado presente gracias a los trabajos de José Luis Alcobendas (más que probable ganador en su categoría: dentro de poco protagonizará el montaje de José Luis Gómez para el María Guerrero), Satur Barrios, Ana Villa y Marta Calvó; dejando atrás a muchos actores destacables de la temporada que finalizó en agosto (Chema León, Simón Andreu, Joan Crosas, Begoña Maestre, Iago García, Raúl Prieto, Paco Churruca), alguno de los nuevos (si bien el asesinato del personaje incorporado por Alcobendas deja un especial recuerdo del trabajo del actor, se pueden sumar Roberto Mori, Miguel Ángel Romo, Luis Hostalot) y sus miembros más "persistentes" (Itziar Miranda, Joan Llaneras, Manuel Baqueiro, Lidia Palazuelos) han quedado fuera.

El triunfo de las tres series ha dejado poco margen a otras. El internado a pesar de contar con el concurso de Luis Merlo y Amparo Baró (sorprendemente ausente como actriz de reparto en la categoría cinematográfica) se va de vacio. Como Cuéntame cómo pasó, perjudicando entre otros actores de reparto a Juli Mirà, Israel Elejalde, Cristina Alcázar, Ana Arias, Nazaret Jiménez. No, no todos sus miembros han optado al galardón (de hecho Pere Ponce nunca ha alcanzado la nominación). Aída no ha conseguido las candidaturas de reparto para Pepa Rus, Secún de la Rosa y Canco Rodríguez; que incorporan a los tres personajes más novedosos de la serie.

Hay series con problemas de audiencia que tenían elencos destacados como Quart (Roberto Enríquez, José María Pou y Manuel de Blas) o Círculo rojo (Carmen Maura, María Adánez, María Botto, Aitor Mazo, Jesús Noguero, Jorge Bosch, Emilio Gutiérrez Caba) que podían haber figurado con una mención sin que nadie protestase.

En el apartado teatral destaca un hecho: por primera vez ninguna obra ha barrido a las demás. Ahora bien, han destacado flagrantes olvidos. La cabra ha traido muchas victorias para José María Pou (memorable en su papel), pero también es cierto que ha contado con un elenco considerable al que no se ha reconocido lo suficiente: Alex García, Juanma Lara, Amparo Pamplona, Merçe Arenaga han pagado el pato de que la obra se estrenase en enero y estuviese hasta junio. Un enemigo del pueblo no ha dado trofeo alguno para Enric Benavent e Israel Elejalde, a pesar de que con Françesc Orellla tenían los personajes más adecuados para llamar la atención. El equipo de Guindalera (que cosechó hacer un par de años una candidatura para Alex Tormo) debido a su limitado aforo se ha quedado fuera, a pesar del rigor demostrado y de su incipiente resonancia en determinados círculos de prensa, que le han llevado a encabezar "las tablas de estrellas" de diversos periódicos. En ese caso puedo decir que ellos no necesitan medallas, porque ver sobre el escenario a Raúl Fernández de Pablo, María Pastor, Ana Miranda, Josep Albert, Alex Tormo, Ana Alonso, Andrés Rus y a sus compañeros de La larga cena de navidad para mi es un premio. La misma sensación sentí cuando disfruté de trabajos como el de Kiti Mánver (Humo), María Galiana (La caja, La casa de Bernarda Alba); del que llevo a cabo parte del reparto de El león invierno (con menciones especiales a Manuel Tejada, Alicia Sánchez y Néstor Arnas), Chema León (Barroco), Ginés García Millán (Mujeres soñaron caballlos), Alberto Berzal (Splendis), Ernesto Arias, Lidia Ótón y Bruno Ciordia (El perro del hortelano), Xabier Olza (El reino de la tierra), Héctor Colomé y Seila Toral (Filomena Marturano), Lidia Palazuelos (Morir pensando matar), Manuel de Blas (El sí de las niñas), Emilio Gutiérrez Caba (La mujer de negro), Antonio Canal (El arquitecto y el relojero), Chema Muñoz (Fedra), Aítor Mazo (La última copa), Camilo Rodríguez (¿Donde estás Ulalume, donde estás?), Alfonso Torregusa (Demasiado humano), Juan Carlos Castillejo (Desventuras conyugales de Bartolomé Morales), David Lorente y Rosa Savioni (Las visitas deberían estar prohibidas por el código penal). Todo ello sin dejar de aplaudir algunas inclusiones como Rafa Castejón (Los persas), Alicia Hermida (Fedra), Nathalie Poza (Marat-Sade), Asier Etxeandia y Blanca Portillo (Barroco), Vicky Peña (Homebody Kabul), Mónica Cano (La casa de Bernarda Alba) o una admirable Susi Sánchez, cuyo rostro atemorizado en Mujeres soñaron caballos es difícil de olvidar. Por no hablar de determinados actores como Pablo Huetos, Pablo Isasi, Carmen Arévalo y Alfonso Blanco, y sobre los que habrá que reparar más.

Con todo ello, aunque con felicitaciones a los actores candidatos, quiero decir que estos Premios se dejan siempre en el tintero a una familia actoral inmersa y a los que es muy difícil acceder si uno ha estrenado en teatro en el periodo de tiempo que comprende de enero a junio. Tal vez sobre todo en casos en las dos categorías no protagonistas deberían ampliarse el número de canidatos a cinco, y aún así sólo valorarlos en la medida que nos permitan "quedarnos" con otros rostros nuevos, y que quedan respaldados. George C. Scott rechazó su Oscar por considerar que la carrera de actor no debería basarse en la competición. No comparto su postura en la medida de que además de publicidad y competición, un voto no deja de ser un acto de compañerismo y de reconocimiento al prójimo, y eso favorece tanto a gente consolidada como la que no lo está. Y a esta última habrá que recordar, con premios o sin ellos. Porque, insisto, el premio es verlos trabajar.

1 comentario:

chiqui dijo...

Gracias por esta entrada.
Creo que has sabido plasmar, perfectamente, lo que muchos pensamos acerca de este circo de premios, que suele dejarse en el tintero a grandes intérpretes por cuestiones que nada tienen que ver con su calidad actoral.
Y enhorabuena por este blog, diferente, interesante, y muy agradable de leer.
Un saludo.