
La interpretación de Portillo tiene algo en común con la de Elisenda Ribas -mejor actriz de reparto-: un trabajo sútil y lleno de aristas, y que tiene la virtud de "parecer fácil". En Demasiado humano Ribas encarnaba a la cuidadora de Nietzsche, una mujer cariñosa que no le importaba dar de comer (en cucharadas) a "su niño", que no ocultaba su resentimiento a su marido fallecido (matizando así su bondad), y que indignada era testigo de la muerte de Nietzsche, acelerada por culpa de la mezquindad de los hombres.
Juan Pedro Carrión, mejor actor por Cyrano de Bergerac, supo dotar de energía, inteligencia y sensibilidad al poeta/soldado que se ocultaba entre las sombras para poder hacer brillar a Cristián (Cristóbal Suárez).
Enhorabuena a los tres actores, que desempeñaron sus roles en el Teatro Español.
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