lunes, 26 de noviembre de 2007

Como Díos manda

COMO DÍOS MANDA
Por Alejandro Cabranes Rubio

Hoy Mariano Rajoy ha exigido a su partido ganar las elecciones. Es obligación de la oposición señalar las cosas que hace mal el gobierno para un buen funcionamiento de la democracia. Bien podría criticarse en ese sentido errores de escenificación (el último relacionado con el lamentable robo en la Biblioteca Nacional), timideces en su discurso, falta de consenso en algunas medidas como La Ley de Cine. También avalar otras… Sin embargo los argumentos esgrimidos por Rajoy no pueden más que producir risa si no fuera por su ausencia de respeto ya no al PSOE, sino a las reglas del juego democrático.

Para empezar ha criticado la “operación disimulo”, consistente en disfrazarse de españolista. Hartos ya de que el PP y el PNV se adjudicasen para su ideario ideológica la política de Sancho IV de Navarra, ahora en pleno proceso de profundización de las singularidades regionales que permiten romper la bipolaridad de los términos nacionalistas evocados por los estatalistas y los localistas, Rajoy lleva la patria en procesión como si fuese protagonista de una letra de Víctor Manuel. Y aquél que no lo haga, ya no merece su respeto, porque simplemente no es tan auténticamente español como él: un lenguaje que remite a otra época, y que Rajoy pretende “actualizar” mediante la incautación indebida de signos culturales comunes como cierta canción de Jarcha. El expolio de esos objetos/canciones acarrea la perversión de su significado cultural: antes que Rajoy, Aznar obligó a incluir en las pancartas contra los atentados del 11M cierta reivindicación de esa constitución de la que había abjurado en tiempos. Cualquier realidad política cambia y se deben dinamizar las posturas. ¿El PSOE es un partido “rompe España” porque su concepción del país no es decimonónica como la suya? ¿Quiere erigirse en el garante de qué unidad? ¿El PSOE necesita disimular su federalismo –opción política que no debería demonizarse si uno conoce un poco la historia de países como Alemania- tanto como necesitó disimular el PP en su día que fue Al Kaeda quien perpretó los horrendos asesinatos? ¿Cómo se atreve el PP a decir que la gente disimula, cuando en menos de cuatro años manipularon la realidad y luego mantuvieron una postura muy poco congruente ante legislaciones más o menos recientes como el matrimonio homosexual, practicado por cierto por alguno de sus miembros?

En segundo término, destacar su crítica al desmantelamiento de la economía tan rica que recibió en herencia el PSOE a su llegada al poder. El mismo partido que se atribuyó el crecimiento de PIB a su política y su descenso al ciclo internacional, ahora olvida deliberadamente su defensa y achaca esa bajada del PIB al perverso Zapatero. ¿En qué quedamos?, ¿es el ciclo internacional, o los defectos ajenos y méritos propios son exclusivos de los partidos políticos? Es más, ¿cuándo se dejará de confundir la macroeconomía con la realidad social de un país y el reparto de la riqueza?

En tercer lugar, Rajoy ha presumido que puede formar cuatro gobiernos mejores que el que orquestó Zapatero… ¿Reclutará para ello a Acebes, Trillo, Zaplana, Ana de Palacio, Aguirre, Pilar del Castillo? ¿O es que no quiere que le recuerden malas gestiones de la información, políticas educativas clasistas y reaccionarias, lamentables incidentes sobre identificación de cadáveres? ¿De verdad piensa que la población olvida tales descalabros? Un detalle bonito para finalizar. Ha prometido formar “un gobierno como Díos manda”. Yo personalmente no me enteré cuando el Altísimo se ha molestado en bendecir su causa (tampoco sé ubicar cronológicamente cuando hizo lo propio con Franco en su cruzada contra los quema-iglesias). El está legitimado de forma demiúrgica porque en su España sólo cabe un imaginario. El que el representa. Y el que exige a la ciudadanía que lo vote para que gane.

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